Toca viajar. Y sola. Coger más de un transporte donde , en cada uno de ellos, me viene el olor que dejaste en mi piel ayer noche. Tocarme el pelo alborotado e imaginarme cómo se ha podido producir semejante desorden. Será de lo enredados que estábamos anoche en mi cama. Salir del tren para poder recorrer canales helados de tanta necesidad. Encontrarme con calles tan pequeñas en comparación a mis sentimientos. Mirar hacia arriba para observar esa maravillosa arquitectura, la que me deja con los ojos borrosos debido al cristal que me inunda y en cada uno de ellos se visualiza un conjunto de sensaciones dispares.
Decidir sentarme para tomar un café, de esos eternos que solo giras el utensilio para ver si aparecerá alguna respuesta de esas tantas preguntas. Caminar por aquella plaza tan inmensa en la que me siento pequeña. Querer encontrar mi vicio pero el único que encuentro es
Veneci (a ti)
-Olga Merino-
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