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No me despido de ti...I Olga Merino

Actualizado: 7 sept 2020

No me despido de ti porque despedirme seria deshacerme de todo lo que he vivido contigo, 2019.

Empece en la mejor parte, al lado de él, al lado de los suyos, y que suerte que tomara aquella elección. En pocos días de aterrizarte, despeje hacía unas de las ciudades que me han enamorado este año, Hamburgo, a su lado. El primero de muchos. El viaje que empezó a marcar en mí un antes y un después. Allí empece a descubrir qué es lo que quería en mi vida y a plantearme todo aquello que me hacía mal. Más adelante pude cumplir aquello que le temía. Deshacerme de todo lo que no me convenía, de aquello que no me sumaba, que nada bueno me aportaba, y que bien me sentó.

Viví uno de los eneros que más necesitaba después de tantos estando en la mierda. Porque sí, empezar el año esta bien pero cada año pesa, y pesan más cuando no los cierras como querías. Los cuatro meses siguientes fueron tranquilos. Amigos nuevos, rutinas nuevas, hábitos que empezaban a cambiar, empezar a descubrir pequeños rincones qué tenemos y no apreciamos, pequeñas escapadas con amigos, pero todo bien. Siempre con sus cosas pero se podía aguantar.

Luego vino mi mes. Un mes que sin duda cambio todo. Empezó con mi cumpleaños, 19 años ya, cenando con mis amigas en uno de los restaurantes que más me gustan de mi pueblo, un gustazo cumplir así. Ese mismo fin de semana, necesitaba desconectar de todo y nos aislamos de la civilización. Allí, entendí él porque de quererte a ti misma. Después de él, empece a quererme más, a pasar más tiempo conmigo. Y, ante un año, por fin pude iniciarme con el deporte, una lesión me lo impidió durante un año, sin duda un momento que me siento genial para tener energía y seguir. Disfrute mucho de la playa acompañada de las mejores, de las que siempre están, sí o sí. Ellas. Mis loves. Las quiero demasiado. Y bueno, acabe el mejor mes al lado de ellas en Milán. Qué suerte la mía en ese aspecto.

Julio fue el mes que más tiempo me dedique. A pesar de trabajar todas las mañanas, las tardes eran para mí. Volví a escribir después de mucho, y eso para mí fue el mejor momento. Acabe uno de los proyectos que más tiempo requiere y espero que un día me atreva a darle luz. Lo deseo tanto.

Y si, querido agosto, gracias por existir. Galicia para mí ha sido la mayor fortuna que llevo disfrutando desde hace dos años. Y, este año lo he podido disfrutar con él y con una parte de mí que sin duda me hace ser feliz.nPara mi, fue uno de los meses más especiales de este año. Pero, no todo es bueno, pero eso lo dejo para mi entorno más intimo, más personal, más mio.

Ah, y se me olvidaba, visite Burdeos a su lado. Qué decir, siempre que sea a su lado, es lo mejor que me podría pasar. Porque cuando estoy hablando de él, también estoy hablando de mí. Porque cuando lo menciono siento que no podría ser de otra manera. Lo quiero. L’estimo. De G a S. De M a O. Porque gracias a él he aprendido que no hay distancia que pueda con nadie, que la distancia la pones tú cuando te estas diciendo que no puedes. Porque si una cosa he podido darme cuenta, es que es una tontería ponerte metas, objetivos y cosas por delante de tu futuro. Aprender a vivir el presente es mejor que ver pasar tu pasado pensando en tu futuro. Querido agosto gracias por regalarme tantos momentos. Conciertos, música hasta las tantas, bailar y no poder parar de saltar y reír. Espero que me regales más momentos como estos.

Setiembre, un mes especial para dos personas especiales. Un mes que me lo guardo para mí. Octubre y noviembre han sido unos meses duros, de un sin parar, de un sin vivir. Pero de darme cuenta que, el tiempo vuela y el tiempo nadie te lo puede volver a dar. De disfrutar al máximo y hacer que todo aquello que tú hagas sea porque quieres que sea así. Dos meses que me han dado mucho pero a la vez me han consumido.

Y bueno, querido diciembre. Hace unos años te odiaba y lo sabes, pero desde hace un año te empezado a coger un poco más de cariño, espero que no me lo quites porque mi cariño vale más que 31 días. Creo que no tengo mucho que decirte.

Ya para acabar, y siendo sincera conmigo misma, sé que este año tendré que luchar por aquello que viene y afrontar cada decisión que deba tomar. Porque quien me conoce bien, viene un año con curvas y de muchas decisiones.

Querido 2020, te temo pero a la vez te tengo ganas. Ganas de tomar las decisiones que me pueden marcar.

Por muchos años más.


-Olga Merino-


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