Me das miedo. Eres siempre el último después de once más a tu lado y la verdad que es al que más temo pero a la vez es el que le cojo más ganas, quizás porque quiero que acabe en cuanto antes. Encuentro situaciones cada vez más diferentes que ni yo misma las puedo explicar. Y repito, me da miedo. Pero he de decir que me sorprendes. No hace mucho me hiciste feliz, me llevaste a un lugar, cuyo nombre es magia, donde quiero regresar una y mil veces. Allí encontré sentido a la palabra sueños y desde entonces, no paro de buscar. Me sonreíste, y creí que me lo merecía después de tantos.
Conocí a personas que marcan, que me hacen tener los pies en la tierra, sobre todo cuando piensas que estás hundida pero en ese momento debes de pensar que hay peores que tú. Hace dos, hiciste todo lo contrario, y la verdad que te odie durante un tiempo. Sacaste lo peor de mí, cosa que nunca quise que llegara el momento de afrontarme a la realidad. Fue difícil pero tranquilo que lo supere, pero no por ti. Intente sumergirme en el agua, con la misma intensidad con la que a veces, me sumerjo en ti, porque como te he dicho antes, te tengo miedo pero a la vez te tengo ganas. En gran medida te he empezado a entender, sé que ser el último es difícil, después de tanto, llevas muchas cosas encima y por mucho que creas que lo vas soltando poco a poco, todo carga, explota y en algún momento debe de suceder. Me tienes a flor de piel cada vez que te vas acercado, no sé qué me deparara esta vez. Te dejo escoger para que veas que soy buena solo con la condición de que sigas sorprendiéndome de la manera que lo hiciste el anterior.
Estás lleno de regalos, de adornos coloridos, este lleno de amor, así que por favor, úsalo conmigo. Que todo lo que me falte y lo que necesites, lo conjugues en primera persona del plural. Porque incluso cuando te odio te estoy empezando a querer.
-Olga Merino-
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